Palabra favorita
Hace tiempo leí en algún lado un artículo aburrídisimo sobre la palabra favorita de no recuerdo si eran escritores, poetas, o en general de la gente. La única que recuerdo (y que era popular entre los poetas) era melancolía. Les gustaba porque inmediatamente los hacía ver la melancolía en la palabra: es larga, tiene muchas vocales, se puede susurrar y ondea un poco en la boca. Desde entonces he visto repetidamente encuestas con la misma pregunta. Nunca me he podido contestar cual es mi favorita y supongo que depende del criterio. Mucha gente responde amor, amistad, dios o alguna cosa parecida, solo porque les gusta el concepto (no la palabra) y quieren parecer sensibles, resultando autocomplacientes. Pero si me lo pregunto respecto de una lengua que poco conozco y en la que comprometerme con la respuesta me da igual, puedo hacerlo.
Mi palabra favorita en holandés es "andersdenkend(e)" que traduce disidente o disidencia de una manera robusta y clara (anders= de manera distinta; denken= creer o pensar). Parte de la gracia del holandés, como del alemán, es la posibilidad y normalidad de generar palabras a partir de lexemas simples. Son mucho más comunes que en el castellano las palabras compuestas y por ello no es raro que las palabras tengan media docena de sílabas o más. Se podría decir que estas lenguas cuentan con una base de lexemas inferior al castellano, haciéndolas, en su forma básica, lenguas menos ricas y el aprendizaje del vocabulario potencialmente más sencillo. Sin embargo, la dificultad se traslada a la generación y comprensión de composiciones, no solo a la memorización de palabras. La filosfía alemana, por ejemplo, es potente no solo por la genialidad de sus exponentes, sino por su caracter idiomático. Por eso es frecuente encontrar extranjerismos en textos de filosofía, como weltbild, weltanschaaungen o dasein; este último un ejemplo no solo de composición, sino de las posibilidades que da para la creación de neologismos que son mas expresivos que cualquier palabra anterior. De ahí que Nietzsche haya sido un excelente filósofo, a partir de su formación como filólogo, y que Foucault, entre otros, haya asumido su forma de escribir (la de Nietszche) como una forma de aproximarse a la genalogía de la historia, de los conceptos, de la locura, del sexo, en fin. No lejos están los intentos de Derrida de deconstrucción. Tomar una palabra, desbaratarla etimológicamente, cuestionarla, proponer alternativas. Así se puede tomar la palabra revolución y decir re-evolución? re-volición? devolución? ...aburrición.
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