Té milenario
Se mastica el labio con una taza de té enfriándose entre sus manos. Le dije que no comprara flores, que ahora con jardín no hay necesidad de tener plantas pudriéndose dentro de la casa. Y efectivamente, ahí están amariilos los talllos, negros los pétalos, besándo la superficie, totalmente desgonzados los tulipanes. Y en frente los raspadores de Caillebotte hablan entre sí, pero no se dignan a mirarme. Caillebotte: un ingeniero tornado en artista, como Wittgnestein convertido en filósofo, como Xenakis de arquitecto a compositor, como Leonardo en la época en que se podía ser un humanista de cabo a rabo. Artistas todos. En Colombia si dices "soy artista" te preguntan que si como Shakira. El señor Sol me dice "take an engineering approach". Si le contestara "an artistic approach?" no le causaría gracia. Y hablando de té, voy por uno. Pero que no sea de aquellos que dejó la holandesa, que junto con los condimentos, pastas y enlatados compiten por el primer lugar en supervivencia de conservas (los más capullos tienen cinco años, los mas viejos son inciertos y de marcas que ya ni existen). Creo que una vez encontraron miel en buen estado en una tumba egipcia de hace miles de años. Me pregunto si los arqueólogos de la posthistoria descubrirán harina, azúcar, chocolate, pasta y todas esas cosas que los holandeses guardan indefinidamente, cuando exploren las ruinas de Holanda sumergida.
1 comentario:
¿También hay mostaza?
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