Perdón y tolerancia
Dice Derrida que solo lo imperdonable se puede (debe) perdonar, que solo lo intolerable se puede (debe) tolerar. Si perdonamos o toleramos algo que nos resulta inherentemente perdonable o tolerable, no estamos realmente perdonando ni tolerando nada. Solo el perdón o la tolerancia incondicionales son perdón y tolerancia. Yo tuve que tolerar el perdón. Mejor dicho, tolerar la manía de la bogotana de pedir perdón a todos por todo. Ay, perdón. Ay, perdóname. Ay, me deben estar odiando. Ay, qué pena. Es una mala costumbre de los colombianos del interior esa de disculparse por todo, de no querer incomodar, de no recibir cuando les ofrecen, de pasar desapercibidos, invisibles, pero haciéndose notar precisamente por eso. Y, como debe suponerse, no perdonan.
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