19 feb 2007

Te puedo ver


En 1992, dos científicos descubrieron que existe un tipo de atractor en algunos sistemas dinámicos no lineales, cuyas fronteras son de tipo fractal, no curvas suaves. Intentaron predecir el comportamiento de dicho sistema efectuando una simulación de Monte Carlo que revelara una distribución probabilística dentro de los puntos del atractor. Hicieron esto, dado que los sistemas de este tipo son en principio incomputables: cualquier error en aproximación, por mínimo que sea (0.000000000000000000001, por ejemplo) cambiaría completamente la predicción y estos errores son inevitables, pues son mediciones y las mediciones siempre son una aproximación (en un nivel cuántico, el instrumento de medición altera el objeto medido). Sin embargo, estadísticamente, sí resultaron computables (conociendo de antemano el atractor y la distribución arrojada por la simulación). Pese a que no podían predecir la posición exacta de un punto en el futuro, podían estimar con cierta confiabilidad que, dada una región incial, el punto terminase en uno de dichos atractores (atractores que pueden ser regiones tan grandes que hagan de la predicción algo inútil, pero eso depende del nivel de detalle deseado y es otro tema). El sistema, en un nivel infinitamente preciso, es determinístico; sin embargo, se interpreta como estocástico para efectos prácticos. Lo que podría implicar que la estadística no es más que la forma en que nos aproximamos a entender un sistema del cuál ignoramos la manera para descubrir su determinismo y visto que ya tenemos herramientas estadísticas, se trata de una manera pragmáticamente adecuada de lidiar con nuestra ignorancia, por ahora. Por supuesto, esto no es lo interesante; el cuento viene no tanto a lo que dijeron los científicos, sino a ellos mismos. El artículo donde publicaron por primera vez su investigación se llama "Riddled Basins" y los autores figuran como I. Kan y Z. You.

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