La proporción de estúpidos siempre es la misma
En un ensayo muy divertido publicado hace años, Carlo Cipolla presentaba su "teoría" sobre la estupidez. Su hipótesis es que sin importar donde se tome la muestra siempre se encontrará la misma proporción de estúpidos. Definía un estúpido como alguien que le hace daño a los demás y se hace daño a sí mismo (alguien inteligente sería el que beneficia a los demás y a sí mismo, y las otras combinaciones en ese modelo bidimensional serían el malvado y el ingenuo). En un bus cargado de empleados públicos, en un hospital, en una biblioteca, en un centro de investigación de una universidad prestigiosa, siempre, según el Sr. Cebolla, habrá la misma proporción de estúpidos. Tras leerlo, esporádicamente me acordaba de hacer esa prueba intentando (sin éxito) detectar los estúpidos del momento. Hoy, años más tarde, lo tengo claro. La proporción, efectivamente, siempre era la misma. Solo había un estúpido: yo.
2 comentarios:
En dicha clasificación bipolar no pueden faltar los pelmas y los no pelmas, que no era muy distinta a la de los chahuevas y los piscazos.
Pedante infinito, es usted un señor.
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