29 nov 2007

27 nov 2007

Cosas que se leen

"Banks and other financial intermediaries will inevitably curtail new lending as they are hit by a perfect storm of declining capital due to mark-to-market losses, involuntary balance sheet expansion as various backstop facilities are called, and greatly reduced confidence in the creditworthiness of traditional borrowers as the economy turns downwards and asset prices fall. Then there are the potentially adverse effects on confidence of a sharply falling dollar, rising energy costs, geopolitical uncertainties especially in the Middle East, or lower global growth as economic slowdown and a falling dollar cause the US no longer to fulfil its traditional role of importer of last resort." Larry Summers, Financial Times, Nov. 25, 2007

22 nov 2007

El mito escapista


El padre de la cumpleañera se nos acercó y nos dijo que llevaba muchos años viviendo en Francia porque estaba cansado de tres cosas: hablar mirando hacia arriba (es un hombre pequeño para estándares holandeses), el viento y la falta de elegancia de las mujeres. Finalmente, quedamos en la mesa con el gringo de los gatos. Se va porque se le agotó el dinero. Pero antes, siempre queda tiempo para el pasatiempos de que hemos recibido de los alienígenas el poder de convertirnos en los reyes-filósofos de La Nueva República. Tal vez por no haber llegado a los cincuenta años recomendados para tal designación, le espetamos a la bailarina, que se nos unió al último momento, la tarea de ser ministra de cultura. Aquí, me temo, cedimos ante la tentación de atender a lo instintivo, algo explícitamente prohibido para un rey-filósofo. Efectivo, sí, pero no para un sistema político republicano (en su sentido clásico), sino para un sistema consumerista/conductista/psicoanalítico. Es el caso de los EE.UU. donde el sobrino de Freud, Bernays, fue contratado para diseñar estrategias de control de masas basadas en el psicoanalisis, pero para purificarlas de la connotación crecientemente negativa de la "propaganda" fundó las relaciones públicas y con ello también la publicidad que conecta el producto o servicio con la satisfacción de una pulsión. Más tarde la primera pulsión erótica sería revertida por una pulsión tanática y de pulsión se malformaría en obsesión (pese a ser esta la forma más pura de la pulsión).
Quedamos entonces con más de seis mil millones de obsesivos mata-tigres que sueñan con escapar la realidad fabricada, virtual, simulada y donde cada vez más se reemplazan los mitos de creación de antaño con los de escape. El mito de escape, a diferencia del primero, no trata de cómo llegamos aquí, sino de cómo hacemos para irnos. En la cultura popular abundan (digo abundan por decir cualquier cosa) las novelas, películas, historietas y demás espacios donde un individuo, un grupo o "jan en alleman" descubren que viven en un mundo fabricado, simulado o virtual (como si esto fuera sorpresa) y encuentran la manera de escapar. Sin embargo, el resultado invariable es que el lugar a donde escapan es al "nuestro". Lo que empieza como una crítica a nuestra sociedad, acaba con una reivindicación de la misma. La morelaja del mito es que la única forma de escapar de las garras del diseño de la colectividad, consiste en aceptarla y rendirse a ella, o bien, luchar contra ella a sabiendas de que será reemplazada por otra igual de artificial.
Los británicos llevan años luchando contra las tarjetas de identidad (hay que ver como les aterroriza cuando uno les dice que en Colombia piden cédula hasta para usar un baño público) y quizá en la catástore de sus identidades perdidas (me refiero a la pérdida de datos personales de 25 millones de británicos) encuentren su argumento definitivo, encontrando también, a las claras, la frustración de saber que con o sin la dichosa tarjeta, ya sus identidades andan volando por el espacio digital. Algunos, por ello, se oponen a registrar su domicilio, a tener teléfono, a tener cuenta de correo electrónico y ni hablar de los sitios de "social-networking". Una vez más se vive el mito: para escapar de la artificiosa existencia en el ciberespacio, se ocultan en la realidad del mundo real, ese mismo que ya sabemos que es fabricado, virtual y simulado.

13 nov 2007

Terremoto: recordando a Galileo


He hecho mis compuestos para perfeccionar lo imperfecto.
He visto como la parafernalia de la oscuridad estalla en silencio.
Me niego a hablar por otros; y para otros nada más falta: que digan que no es verdad que las lagunas se secan en el fin de los tiempos.
Mezclar y fecundar y fertilizar la risa con el llanto.
Pero dicen que fue después del desplazamiento a Roma cuando empaqué mi dignidad como lo hicieran tantos otros. Mi muy estimadísimo y exclentísimo señor, empezaría mi deposición, y mi firma clarísima, pero perfectamente mentirosa.
Tiemblo de esto y de aquello como un rastrojo. Viene el terremoto.
Me niego a retractarme, eso sí. El retroceso es un amigo a quien no visito hace años. Con las tecnologías de hoy no hace falta.
Realmente, directamente, aquel desastre haría bien en mostrarse. De lejos, pero a la vista de todos y de todas. Como una plantilla: Nombre, Teléfono, Dirección... todos nuestros datos personales que al unísono, sobreimpuestos, determinarán nuestra identidad colectiva.
Si tus armas no son mortales, dame una llamada en medio de la noche. Me despertaré sudando, con los brazos muertos por falta de sangre, con la boca seca, con los pies desnudos, lentamente, para finalmente respirar profundo, e ignorar el ring-ring-ring-ring-ring.
Te sorprende, cierto, cierto, Eppur si muove, pero dilo en voz alta: pronúnciate, que te oigan. Adelante, vamos allá, hasta la muerte. Todos listos, afinados, en marcha, yo os guío mis pequeños, presto e con tutta la forza.

Io ho deposto come di sopra.

8 nov 2007

Sam Dillemans

Tenía todos los músculos de cuerpo tensionados mientras golpeaba primero con guantes, luego sin ellos, sudando mientras hablaba de van Gogh y Picasso: sus faros. Se preparaba una limonada, inmediatamente después un café y se sentaba en el suelo, frente al lienzo como frente a un altar, en medio de un ritual que expresaba mera necesidad o penitencia o una fuerza creativa arrolladora, pero disciplinada. Como disciplinado todo lo que hacía. Cronometra su rutina de ejercicios, su tiempo de lectura, su café con amigos en el bar de la esquina de su estudio de Amberes, los tres días semanales que le dedica a su novia; todo marcado por campanas reales o tácitas en el combate pugilístico que es su vida y cuyo contendor es solo él mismo. "Dus, ik lees", dice entre sus libros (Neruda y Dostoievsky se asoman tras el gigantesco van Dale), perfectamente desordenados en las paredes y el suelo de su estudio, en el poco espacio que dejan sus múltiples pinturas. Poco más hay aparte de las pinturas, los libros, una mesa y una cama. Tambien algunos CDs. Piensa en el próximo mientras toma un sorbo de SPA Rood. Se decide por Bach, el "taca-taca-taca", dice, le permite pintar, mientras que Beethoven podría arremeter contra todo y robarle la concentración. Pero también pone Abba, a veces, aclara, porque finalmente "alles is onbelangrijk" (nada importa).